Hace muchos años, en los tiempos de las misiones en Xochimilco, el franciscano Fray Martín de Valencia pasaba mucho frío, y para calentarse prendió una fogata con ayuda de unas varas de amaranto. Para su sorpresa las varas contenían semillas que al contacto con el fuego comenzaron a tronar, como brincando de alegría, y se fueron tornando blancas.

Este incidente dio origen a una de las recetas mexicanas más nutritivas, deliciosas y vérsatiles: el dulce de amaranto.

Con el paso de los años, la receta de amaranto ha ido adaptándose, sumando nuevos ingredientes como la miel, el piloncillo, el chocolate, el arroz inflado, las nueces, las pasas y los arándanos.

En fechas recientes, investigadores mexicanos, han descubierto algunos beneficios que tiene el consumo de amaranto, en la salud física y emocional de las personas.

Entre las cualidades del amaranto podemos mencionar que es rico en proteínas, minerales y nutrientes, además contienen propiedades antidepresivas, por lo que cuando consumimos este dulce mejora nuestro estado de ánimo.

Ahora sí ya sabes cómo ponerte de buenas: ¡Consumiendo “alegrías”!

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